La profesión jurídica de Procurador es directa heredera, tanto en nombre como función, del oficio de "Procurador ad litem" del Derecho Romano post-clásico, encargado por medio de mandato ordinario de representar a la parte en juicio.

El procurador de los tribunales es una figura imprescindible en los procesos judiciales que se inician, bien sea como demandante, bien sea como demandado, su definición en origen erige al procurador como la garantía del justiciable. Nuestra figura garantiza el proceso judicial. Las funciones más destacadas son dotar de agilidad a todo el procedimiento, dado que el procurador actuará frente a todas las decisiones y requerimientos que adopte el tribunal. A su vez, garantizamos que el proceso judicial se desarrolle con las normas previstas y cumpla con la aplicación de las reglas de enjuiciamiento, desligando a los justiciables de todos los requerimientos, trámites y pasos que se llevan a cabo durante el procedimiento judicial.
Estamos habilitados para cubrir cada partido judicial. Esto asegura su política presencial en los Tribunales, garantizando una gestión personalizada de cada uno de los expedientes judiciales.